Acceso 65+ - Reto 1

Ésta es una iniciativa de HazLab, un laboratorio para la participación ciudadana en las políticas públicas creado por la Dirección General de Gobernanza Pública dependiente del Ministerio de Hacienda.

La iniciativa Acceso 65+ es una experiencia piloto de atención integral a personas mayores en trámites ante la administración. Últimamente se viene hablando del trato que las personas sin experiencia ni habilidades tecnológicas reciben en algunas empresas como bancos, proveedores de energía o comunicaciones, etc. Sin embargo, la administración tampoco se queda atrás.

En principio el poder realizar trámites de forma telemática es una excelente noticia (siempre que no falle nada). Sin embargo, confiar exclusivamente en ese canal es algo que me parece más discutible. Cada vez son más los trámites que sólo se pueden realizar por internet o, aún peor, para poder hacerlos presencialmente es necesario solicitar una cita previa por internet (¡Y mucha suerte con eso!).

Y para el que piense que eso no lo va a pasar a él voy a contar una anécdota que me sucedió. Parece una chorrada pero de vez en cuando recuerdo mi sensación en aquél momento. Sinceramente, me considero una persona con facilidad para manejarme con máquinas y herramientas informáticas pero todos podemos tener un mal día.

Situémonos: hace ya algunos años, siglo pasado, yo tenía 16 y lo de internet era apenas un germen desconocido sin las posibilidades de hoy. Teníamos que realizar un trabajo para alguna asignatura del instituto (la verdad, recuerdo al profesor pero no la asignatura, nos daba varias). El caso es que estábamos en la biblioteca pública del barrio, habíamos encontrado algo de documentación que nos interesaba y descubrimos una fotocopiadora en el centro que iba con monedas. Curiosamente, no estaba cerca del mostrador y de la supervisión de los bibliotecarios. Tampoco en la entrada bajo la atenta mirada del personal de seguridad. Estaba en la sección infantil. Pues en esto que mi amigo Jesús y yo nos enfrentábamos a la aparentemente simple tarea de hacer unas fotocopias. Colocamos los originales, metimos las monedas, le dimos al botón que (creíamos) había que dar y... Nada. 

Comprobaciones, búsqueda de algún panel informativo en la máquina o alrededores, todo infructuoso. 

Recuperamos el dinero y volvimos a iniciar el procedimiento. Mismo resultado. Nos poníamos nerviosos...

Mientras tanto, una pequeña presencia detrás de nosotros se impacientaba. Era una niña que venía con un libro y esperaba para fotocopiar también algo. Al tercer intento la pobre no aguantó más y nos interrumpió: ¡No hombre, lo tenéis que hacer así! Y todo fluyó como llevábamos rato esperando. Recuerdo la cara de incredulidad con la que Jesús y yo nos miramos. Los dos o tres segundos en que no supimos qué decir hasta que nos salió un gracias. 

Luego seguimos felices con lo nuestro pero cada vez que me veo en alguna ratonera tecnológica o veo a alguien atorado frente a una máquina recuerdo aquél momento. Y es que, como ya dijeron otros antes: Como me ves te verás



Comentarios

Entradas populares